Simíl el cubo de hielo

Había cuatro hombres, cuatro sillas, cuatro estaciones, y un cubo gigante de hielo. Estos hombres han vivido inmóviles dentro de un cubo de hielo, el cual solo les permite ver hacia una sola dirección. Dentro del cubo cada uno está sentado sobre una silla, las cuatro sillas están colocadas de forma en la cual ninguno de los hombres está consciente de la existencia de los otros. Al vivir congelados lo único que pueden mover son sus ojos por esa razón cada hombre ve hacia una distinta estación, uno ve hacia la primavera, otro al invierno, el tercero solo ve otoño, y el último presencia lo que es el verano. Aunque hay cuatro estaciones, cada  hombre sólo puede percibir una, lo que significa que no sólo desconocen la existencia de cada uno, sino que también ignoran la posibilidad de un escenario diferente al que ellos percatan.


La vista es lo único que tienen para conocer lo que ven alrededor, pero no solo existe esta desventaja si no que no son capaces de ver claramente. La razón de esto es que están dentro de un cubo de hielo donde no hay claridad al ver las cosas, sus sentidos los están engañando pero ellos no poseen la sabiduría para poder captar la realidad, que es que están ignorando la posibilidad de la no validez de su conocimiento.

Mientras ellos miran hacia su estación, que es lo único que pueden hacer, notan la presencia temporal de una “temible bestia” la cual es un perro que se traslada de estación a estación. Los hombres creen que lo que ven es una temible bestia cuando realmente es un perro distorsionado por el hielo, el cual se ve muy grande y feroz.



Durante muchos años estos hombres habían vivido en estas condiciones. El hombre que estaba del lado del cubo que enfrentaba la estación de verano siempre había tenido una cierta duda en su interior, él no entendía la razón de esa incertidumbre pero intuía que algo no era lo que parecía. Este hombre tenía una ventaja, dado a que él estaba del lado que enfrentaba la estación de verano su hielo se iba constantemente derritiendo. Como era de esperarse se alarmó al notar cómo su hielo se desmoronaba no solo porque temía de aquel animal que consideraba una “bestia” si no que porque para él esa forma de vida era lo único que existía. En su interior no estaba completamente aterrado porque tenía la esperanza de que así podría resolver y hallar la razón de esa duda que tanto lo atormentaba.

Al derretirse el hielo en su cabeza, el hombre pudo ver con claridad la naturaleza de aquel mundo y comprendió que esa bestia a la que tanto le temía era solo un animal inofensivo. Al notar que no todo lo que ve es lo que parece, destruyó lo que restaba del hielo y decidió explorar. Cuando quedó libre del cubo se volteó observando las diferentes estaciones alrededor de la estructura, e inclusive realizó que él no era el único que allí habitaba. Luego de enfrentar su realidad decidió dar un vistazo más amplio de su alrededor. Logró aclarar su duda y se dio cuenta que esa incertidumbre era una idea que le permitía formar conceptos para hallar una realidad estable. Al salir del hielo fue capaz de captar la existencia de nuevos seres, plantas e inclusive presenciar por primera vez el fuego. Pero lo que más le impactó fue la claridad de las cosas, que en un principio solo las interpretaba como manchas. Entendió que no estaba incorrecto dudar de lo que el mundo nos presenta ante los ojos y que es importante buscar la visión de la verdadera estructura del mundo.

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Fascinado con el mundo que él ahora conocía, decidió compartirlo con sus compañeros del cubo. Cuando llegó hacia él, se dirigió a la primavera e intentó romper ese fragmento del hielo. Pero mientras que este intentaba romperlo, el hombre dentro del hielo movía alocadamente sus pupilas para darle a entender que él no deseaba salir. El hombre afuera del cubo se apartó, y dejo a su compañero vivir en ignorancia, ya que este era su deseo. Aun así se acercó a los otros, y les dio la opción de salir o quedarse de por vida allí. Los hombres decidieron quedarse, entonces él respetó sus deseos porque entendió que hay ocasiones donde los demás no desean abandonar su presente porque consideran que ese es un mundo seguro para ellos. Por lo tanto no es correcto forzar a los demás a dejar de ser ignorantes porque no tenemos control sobre sus decisiones.  Luego el hombre se retiró para explorar el nuevo mundo que ahora quiere conocer.

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Fuentes 
  • María Teresa SIerra, Sandra Morales, Esther Ahumada. (2015). Filosofía. En M. A. Sierra, Reflexión sobre el pensamiento y quehacer humano (pág. 159). México, D.F: Limusa.
  • Philoweb. (2005). Platón. Obtenido de Geocities: http://www.geocities.ws/philoweb2005/epistemologia_platon.html



Comentarios

  1. Las felicito por la historia. Transmite el sentido del simil de la caverna de Platón. A nivel de historia muy buen trabajo; sin embargo deben seguir la rúbrica:
    a. 6.25
    b. 25
    c. 12.5
    d. 18.5

    TOTAL. 63PTS.

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